Ojos rasgados, narices finas, pómulos elevados, labios carnosos. Los filtros de belleza utilizados en Instagram y Snapchat están creando una demanda cada vez mayor entre los más jóvenes por parecerse a lo que ven en pantalla.

Cada vez más expertos advierten que esa moda afecta la manera con la que los usuarios más jóvenes -particularmente los adolescentes- ven a sí mismos, agudizando sus inseguridades.

“Muchos adolescentes buscan asemejarse a los filtros, lo que puede tener que ver con una baja autoestima, que se refleja en querer parecer alguien que no son. Junto con eso, tratan de pertenecer a un grupo (sentido de pertenencia) y ser parte de él más allá de ellos mismos, por parecerse e identificarse con apariencias, acciones y sentimientos de sus pares o del grupo donde están insertos”, comenta la psicóloga Carolina Baar.

“A la larga, esto podría deteriorar aún más su autoestima o autopercepción, al no tener el impacto que ellos quieren ocasionar en la vida real. Lo importante acá es detectar a aquellos adolescentes y hacer un trabajo de refuerzo positivo y de aumentar su autoestima para que

entiendan que deben ser aceptados por todas sus cualidades y no solo por su apariencia. Lamentablemente en este mundo tan digitalizado muchos adolescentes se desviven por tener una imagen ‘perfecta’ para ser aceptados, calzar e identificarse con sus pares o sus grupos”, añade la experta.

Muchas revistas científicas han bautizado este fenómeno como “dismorfia de Snapchat”. En otras palabras, se refiere a la frustración por no alcanzar la imagen idealizada de uno mismo que proyecta el filtro de la plataforma y obsesionarse con querer alcanzarla. En Estados

Unidos, un 55% de los cirujanos plásticos han informado sobre un aumento de pacientes que acuden a su consulta porque quieren parecerse más al reflejo de sus filtros. Dentro de esa lógica, las cirugías estéticas más demandadas son aquellas relacionadas con la corrección de la asimetría facial, la caída de los párpados y el aspecto de la nariz.

“La presión social por parecer perfecto ha hecho que la afluencia de personas más jóvenes a nuestras consultas sea cada vez mayor”, comenta el doctor Esteban Torres, de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica. “Como cirujanos plásticos, esto nos trae el desafío de hacer énfasis en que la salud de nuestros jóvenes está en riesgo y que su afán por parecerse a los filtros de redes sociales puede llevarlos a ideales imposibles de alcanzar”.

El doctor Esteban Torres hace hincapié en la importancia de asegurar de que los pacientes más jóvenes tengan la madurez suficiente para solicitar los procedimientos estéticos, de que entiendan sus riesgos y de que cuenten con toda la información necesaria, para no frivolizar la cirugía y también para dimensionar qué se puede conseguir sin filtros y qué no.

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