El presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, Claudio Thomas, llamó a la autoridad a una mayor fiscalización a los centros de salud que ofrecen este tipo de prestaciones al comentar la muerte de una mujer de 33 años que concurrió a realizarse a una abdominoplastia a un centro de la comuna de Pedro Aguirre Cerda.
La PDI investiga la muerte de Cynthia Venegas, quien fue sometida a una abdominoplastia en el centro médico Chile Salud, hasta donde concurrió el pasado 26 de enero para deshacerse de la “guatita de delantal” producto de sus dos embarazos.
En aquel lugar, que según la Seremi Metropolitana de Salud no registra resoluciones sanitarias ni permiso para efectuar procedimientos quirúrgicos, le ofrecieron un plan por un millón 700 mil pesos, mientras que la misma intervención supera los cuatro millones de pesos en otros recintos asistenciales.
Sobre este punto, Thomas afirmó en Cooperativa que “la persona que la operó actuó en forma no ética, porque estás arriesgando al paciente disminuyendo costos y eso no es correcto, eso no corresponde, no es un acto médico adecuado. (…) La gente a veces banaliza las complejidades de la cirugía y se arriesga innecesariamente”.
El facultativo apuntó en Una Nueva Mañana que “muchas personas que están en Internet ofreciendo servicios de cirugía plástica no tienen especialidades, ni siquiera especialidades quirúrgicas, entonces, tienes que solicitar siempre y ver las credenciales del doctor para saber que estás con una persona que al menos es experto en el tema”.
Sobre el tema de la fiscalización, Thomas explicó que “nosotros estamos amarrados de manos, porque la nuestra es una sociedad científica y lo que podemos hacer es informar a la población”.
El médico añadió que “hemos hablado con las autoridades que debería de haber un poquitito más de reglamento con respecto a las cirugías para que esto no ocurra, que es lo que han hecho en países desarrollados, que se viera quiénes son los médicos que pueden hacer este tipo de cirugías y se definiera en qué lugares se van a hacer”.
“Nos gustaría que el seremi hiciera un rastreo más claro de este tipo de centros clínicos y los visitara más a menudo para ver qué se está haciendo en ellos, porque ese doctor que actuó en absoluta falta de ética, teniendo en cuenta que estaba operando en un lugar que ni siquiera estaba certificado por el Ministerio de Salud, te demuestra claramente que no es una persona que tenga los criterios de acción profesional muy claros”, remarcó.
Thomas concluyó que existen muchos centros como el de Pedro Aguirre Cerda en Santiago, “no es el único”, y ejemplificó que “hay una clínica en el área oriente que ha cambiado en los últimos años cinco veces el nombre por juicios a los dueños por complicaciones quirúrgicas graves”.
A su juicio “falta más vigilancia por parte de la Seremía de Salud con respecto a esta acción, falta un reglamento que permita determinar quiénes son los calificados para hacer este tipo de cirugías en las clínicas que están habilitadas en Santiago para evitar este tipo de situaciones”.
Este no es el primer caso de una mujer que fallece por complicaciones tras someterse a una cirugía plástica. En 2005, Jessica Osorio, de 38 años, entró en coma luego de someterse a una cirugía estética en una clínica no autorizada con el doctor Galo Andrade, y en diciembre de 2017, Sorángel Álvarez murió tras realizarse una liposucción en la Clínica París, de la comuna de Las Condes.
Fuente de la Noticia Aquí.