En Chile son cada vez más las personas que se someten a cirugías plásticas, reconstructivas o estéticas. Actualmente, en el Congreso se discuten leyes respecto a tratamientos para los pacientes que sufren de abdomen de delantal y para quienes buscan el cambio de identidad de género. Sin embargo, no se puede obviar la realidad del sistema público chileno en el que los hospitales de mayor relevancia -tipo A- no cuentan con servicios de cirugía plástica para suplir las necesidades de nuestra población. Sólo los hospitales clínicos universitarios, las mutuales de accidentes de trabajo y clínicas privadas cuentan con servicios de cirugía plástica.
Si bien hay cirujanos plásticos contratados en el servicio público casi todos están incorporados en servicios de cirugía general y no siempre desarrollan actividades propias a la especialidad.
En este sentido, los países OCDE cuentan con este tipo de equipos médicos e infraestructura en cirugía plástica en sus centros de salud más importantes. Esto ha sido una gran ventaja para su población, ya que no tienen que esperar meses o incluso años para recibir atención médica de esta especialidad quirúrgica. Nuestra realidades totalmente distinta, ya que las listas de espera cada día aumentan.
Nuestro país debería promover programas que incluyan la cirugía plástica en hospitales públicos, que aporten a mejorar la calidad de vida de todas las personas. De esta forma, estaremos en línea con las discusiones de políticas públicas que hoy se encuentran en nuestro congreso.